jueves, 27 de mayo de 2010

Mientras tanto en Citadel

A finales de 1979 Citadel Miniatures ya tenía su hueco asegurado en el mundo de la producción de miniaturas de 25 mm.

Para 1980 habían ganado un par de premios del público y la crítica especializada en sendos eventos, como el obtenido en el pasado Games Day, confirmándola como la mejor marca de figuras de fantasía británica. Esto era debido en una gran parte a su colaboración con Ral Partha, la cuál les ofrecía una base de miniaturas de ficción e históricas de una calidad insuperable para la época. Es por esto que uno de los pilares en los que se asienta el éxito primero de Citadel hemos de buscarlo en su asociación con la marca americana y en la labor impagable de Tom Meier.
Pero, aunque los propios diseñadores de Citadel eran en aquel momento más bien amateur en su mayoría, supieron captar la atención de un público que no estaba buscando la perfección y el rigor que caracterizaban al coleccionista de histórico, sino la calidad del trabajo realizado por aficionados que pensaran como tales y que conectaran con el espíritu de los jugadores de rol, tanto en las vertientes fantásticas como en las de ciencia ficción. Es más, otro de los puntos que más atrajeron a los compradores de miniaturas, fue el importante componente humorístico que inundaba las líneas de fantasía de Citadel, en muchos casos realizando auténticos guiños a la cultura popular inglesa.
A todo esto debemos sumarle la facilidad con que se pintaban estas miniaturas (influenciado seguramente por la libertad que ofrecía en aquel entonces la fantasía), y en el caso de que la pintura no fuese el punto fuerte del comprador, la posibilidad de dejar la figura sin pintar no desmerecía el detalle, ya que gracias a unos relieves muy remarcados y al tamaño algo exagerado de las armas y el equipo estos quedaban claramente visibles aún en su estado metálico.

Otro detalle que honraba aquellos primeros días de la marca era que hacían figurar el nombre del diseñador de la miniatura en cada blister a la venta. Estos eran por aquel entonces una bolsa de plástico cerrada por su parte superior con una lengüeta de cartón donde aparecían la referencia y el logo de la marca.

Las líneas disponibles a finales de 1979 y durante 1980 fueron:
Fantasy Adventurers diseñados principalmente por los gemelos Perry, los cuales soportaban el peso de la producción casi total para Citadel. Esta gama contaba por aquel entonces con 25 referencias.
Fiend Factory tenía muchas criaturas diseñadas por el propio Bryan Ansell llegando a sumar en el año 1980 hasta 60 referencias diferentes.
Humphrey Leadbitter tuvo una carrera más bien corta en la empresa, pero sus Fantasy Specials llegaron hasta la referencia 50 en apenas un año.
Pronto Citadel comenzó a captar licencias de numerosas compañías con productos dignos de ser “miniaturizados”. Un buen ejemplo sería el juego Gangster! con 12 referencias distintas y una especial. O la muy jugosa licencia de la película Star Trek “The Motion Picture” de la que sacaron 24 referencias.
Y ya metidos en la Ciencia Ficción y viendo que Ral Partha tenía su propia línea ambientada en este entorno, los Galactic Grenadiers, Citadel lanzó su propia gama llamada Spacefarers, de nuevo de los Perry y con 49 referencias. Si bien Citadel se había orientado hacia la Fantasía más pura en su origen y esto era lo que el público pedía mayoritariamente, algunos de los componentes de la empresa sentían un interés cada vez mayor por los trasfondos futuristas, empezando por el propio Bryan y con el paso del tiempo se traduciría en una mayor apuesta en estas gamas.
De nuevo, tal vez influenciados por la gama histórica de Ral Partha 1200 A.D., Citadel produjo su propia línea medieval llamada Dark Ages, de los gemelos Perry, con una primera tirada de 31 referencias, pero llegando a superar más que holgadamente este número en pocos meses.
Y muy interesante resulta constatar que Citadel produjo también varias gamas de miniaturas en 54 mm. empezando por la misma Dark Ages con 4 referencias, siguiendo por una de Star Trek con otras 4 (en ambos casos de la mano de los Perry) y una más de Aventureros de Ciencia Ficción por el artista Tony Ackland con tres miniaturas.


Foto inferior derecha: Tony Ackland

domingo, 9 de mayo de 2010

El final de una década...

… y el principio de los 80’s.

En las postrimerías de 1979 Games Workshop había cerrado un capítulo fundamental de su historia. Se habían consolidado como la mejor tienda, y posiblemente la única, dedicada en exclusiva a los juegos de Ciencia Ficción y Fantasía en Europa. Pero ahora, a la redacción de la revista White Dwarf y a las oficinas de Dalling Road (que al fin y al cabo eran las mismas) comenzaban a llegar multitud de cartas de queja referidas a la tienda y no porque a la gente no le gustara, sino todo lo contrario, ya que esta reclamación se basaba en la falta de más tiendas especializadas en otras ciudades que no fueran Londres, ya que desplazarse hasta la capital con cierta regularidad no estaba al alcance de todo el mundo.
Ian y Steve empezaron a plantearse la posibilidad de expandir el negocio y hasta incluso la de crear una cadena de tiendas por todo el país. Había suficiente demanda como para asegurar el éxito y el sector aún mantenía una tendencia emergente, con lo cuál era una apuesta ganadora. Pero a pesar de todo existía un fondo de duda.
Los dos amigos no se metieron de lleno en la expansión, en un primer momento se mostraron reticentes ya que el gasto que acompañaría a este proyecto les obligaría a reinvertir una vez más los beneficios obtenidos a través de la tienda de Hammersmith y de Citadel.
Justo ahora el negocio parecía empezar a dar sus frutos. Hasta este momento las ganancias se habían reutilizado casi totalmente en nuevos proyectos como la marca de miniaturas de Citadel o en absolutas necesidades como el almacén, contratar más personal con conocimientos acordes a sus puestos, etc. Pero la dicotomía Londres/Nottingham se hallaba en un momento dulce de su desarrollo y ambos pensaban que no resultaba necesario hacer un desembolso de tal cuantía como el que se verían obligados a realizar en el caso de abrir una nueva tienda, además ya era hora de guardar algo del dinero que ganaban para ellos mismos, pero…
La emoción de reactivar el proyecto, de llevarlo a nuevos horizontes y de obtener el doble de lo que ya ganaban al tener dos tiendas, o el triple con tres, o ¿quién sabe hasta donde?...
La primera ciudad en la que pensaron debió de estar más influenciado por el corazón que por el puro mercantilismo, ya que fue Manchester, su ciudad natal.
De esta manera comienzan a reunir los fondos, a buscar un local apropiado, etc., aunque aún tendrían que pasar meses antes de que se vieran los primeros indicios de la nueva apertura.

En los meses de Diciembre de 1979 y Enero de 1980 aparece la White Dwarf número 16, con portada del grandísimo Les Edwards, y por primera vez con la participación, en el nuevo puesto de Dirección de Artistas, de Robert Owens.

1980 marcaría el inicio de la producción propia de juegos de mesa de Games Workshop y durante los siguientes años ofrecerían algunos títulos que han llegado a convertirse en auténticos clásicos, una parte de los cuáles han llegado hasta nuestros días con una muy buena salud.

viernes, 7 de mayo de 2010

Un año después seguimos aquí

Y como reza el título ya llevamos un año entero dando guerra, en realidad algo más si contamos el período anterior a la primera publicación, mientras preparabamos el blog en sí. Y aun más si incluimos los dos/tres años recopilando material, traduciendo y buscando en los más oscuros rincones.

Esta corta entrada se limita a agradecer su apoyo a la gente que sigue el blog, tanto a los activos como a los pasivos, y muy especialmente a los que ayudan de una manera u otra aportando información o contactos.

Además quería comunicaros la inclusión de un nuevo tipo de artículo, las aportaciones de colaboradores en forma de entrada adicional. Hasta la fecha he escrito la totalidad de lo aparecido en el blog, pero ya está en marcha el primer artículo de un colaborador, que espero que no sea el último, quedando además abierta la posibilidad de reunir nuevos investigadores a la lista de escritores.

En cuanto a la duración del blog, ya se alarga más de lo que había planeado. Mi intención era terminar al año y medio o dos años, pero veo que va a ser imposible y que tal vez lleguemos a los tres. Sea como sea no perdemos la ilusión que nos impulsó a crear este proyecto, pase el tiempo que pase, aunque si es cierto que las responsabilidades u otros intereses pueden desviar temporalmente nuestra atención hacia otros campos alargando aun más los días del blog.

Una vez más gracias a todos y ya sabéis que toda duda será resuelta (dentro de nuestras posibilidades) y que las aportaciones son más que bienvenidas.